Esto probablemente le suceda a mucha gente: el soñar cuando estás lúcido.
Si, ese extraño momento en el que imaginas cosas. Quizá una vida, o una idea, o una ilusión que solamente tú, como persona, conoces.
Y bueno, eso me pasa bastante a mi. Suelo soñar mucho con muchas cosas. Lo que sería de mi vida si tuviera esto o aquello, o lo que pudiera ser de ella en el futuro. A menudo sueño con un futuro estable, junto a la persona que me hace felíz, pero en situaciones adversas mis sueños se modifican.
Las circunstancias, las experiencias, los problemas o los contratiempos, los malos entendidos. El amor, el desconsuelo, la soledad y la compañía, la felicidad o a veces la tristeza y en ocasiones, muy raras, el rencor.
No se tú, pero yo he soñado con lo que sería mi vida a lado de la persona que amo. ¿A dónde iremos a viajar? ¿Dónde viviremos? ¿Tendremos hijos? ¿Cómo se llamará nuestro perro o nuestro pequeño cerdito? ¿Viviremos aquí o viviremos allá? ¿Estaremos juntos hasta la muerte e incluso más allá de esta? ¿Seremos destino el uno del otro? ¿Cómo será nuestra boda? ¿Habrá arlequines en las mesas? ¿Viviremos, en la mente del otro, par siempre?
Quizá para este momento, esté yo solamente divagando entre mis viejas memorias de sueño pasados. Quizá para este momento, ni siquiera le preste atención a mis discursos baratos.
Me dejo guiar por la dulce nota de un piano melancólico. Y el sonido de las cuerdas, una vez más me está elevando. Tal vez, de nuevo, simplemente esté soñando.
Quien sabe.
Hay cosas de las que siempre he estado seguro:
-No soy guapo.
-No soy atrevido.
-No soy muy elocuente.
-Soy sensible (a veces demasiado y eso, aunque me moleste aceptarlo, da un poco de pena).
-No soy alto.
-Tampoco tengo bonita nariz.
-Soy un poco frágil.
-Tengo miedo.
-Soy inseguro la mayor parte del tiempo.
-Soy (o creo serlo) bueno expresandome en letras.
-Se cantar.
-Se pintar.
-Se que no soy el mejor en muchas cosas: como los detalles.
-Se me olvidan las cosas.
-A veces soy poco romántico.
-Me desanimo fácilmente.
-Me enamoro fácil (y mucho).
-Suelo callarme muchas cosas que no siempre me agradan (en pocas palabras: no digo lo que pienso).
-Soy impuntual (aunque he estado trabajando en ello los últimos años).
-Me deprimo fácil.
-No soy muy social.
-Odio el cigarro (o fumar, como quieran tomarlo).
-Me gusta el vino, pero el licor no tanto (y la cerveza menos).
-Vivo el día y vivo al día.
-Me gusta hacer ejercicio.
-No me gusta mi cuerpo (no al menos por ahora).
-Suelo decepcionar a las personas (y más que nada es por todo esos defectos que me envuelven).
En resumen, ya que toda esa lista es solo una parte de lo que recuerdo en este momento, no soy alguien perfecto. Y quizá eso le cueste entenderlo a las personas.
A veces mi propia monotonía me abruma y mi propia rutina me hace ser aburrido. En ocasiones, no espero que me exijan ni que me digan lo que ya se que debo hacer. Y me refiero a esas veces en que muchos me han dicho: debes tomar iniciativa; o cosas como: no seas un mediocre.
En ocasiones solo espero que lleguen, me den un abrazo. A veces espero solo un beso de quien más lo deseo, de aquella con quien comparto mis sentimientos. Quizá soy egoísta al pensar sólo en mi, y pido disculpas por eso. Pero en ocasiones, por mi falta de atención, mi poco romance, mi estúpida memoria, e incluso mi monotonía; en lugar de recibir ese abrazo o ese beso, solo obtengo miseria. O un golpe seco en el estómago.
No espero que me comprendas, amig@ mío. No, en realidad no espero tu aceptación ni tu consuelo, aunque lo agradezco, pero no es lo que busco. En si lo que quiero, es solo que me escuches. Que leas esto, pues tal vez soy tan cobarde como para no decirlo. Tal vez soy tan cobarde como para olvidarlo, dejarlo pasar y seguir adelante.
Y seguir soñando despierto, que era el punto de todo esto. En los sueños, al menos, se que en un determinado momento, voy a despertar.
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