El día acabo y el sol se despidió. La noche llegaba,
y con se vestido negro, todo adornaba. A esa hora,
ella reinaba.
Pero de la noche, el vestido es infinito.
Ella viste una tela legendaria,
algo que no es del todo palpable,
una tela de corte inigualable:
extenso y preciso.
Con ese vestido de noche,
con una luna, la cual es su broche.
Caminaba yo junto a mi amiga,
mi estrella adorada. Su brillo plateado,
alumbraba nuestro paseo.
Pero hoy no fuimos a ver los luceros,
esta noche salimos a hacer algo mas temerario,
algo más atrevido. Algo en nosotros que es instintivo.
Salimos a cazar estrellas. A correr entre galaxias,
a caminar entre planetas, a perseguir bellos cometas...
A dominar el universo.
El día acabo, la noche reinó y las estrellas aparecieron,
eran grandes y bellos luceros.
Hoy salimos a cazar estrellas.
A conquistar doncellas, ella a caballeros,
a dominar el universo,
a volvernos dueños del cosmos...
Solo por esta noche.
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