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martes, 6 de octubre de 2015

A mi amada





Extraño tu aroma fresco, la sensación de seguridad que me otorgan tus brazos. Extraño el universo de tus ojos, las estrellas de tu cabello, las constelaciones en tus mejillas; también la curva de tus labios.
Me hace falta sentir tu calor, como sol que me cobija.
Tus besos que me hacen volar, las aventuras nocturnas. Los paseos en el ocaso,
las veladas bajo la luna.
Pronto volveré a estar contigo, como cuando estuvimos en Saturno.
Te amo, mi amada Zvezda.
Te espero, enamorado de tu misterio.

jueves, 27 de agosto de 2015

Palabras para ella.



Caminas sobre nieve ligera, a veces te envuelves en fuego
te abrazas envuelta en brazas, calientas tu cuerpo en una hoguera
Misterio que me invade, eres un enigma agradable
con tu perfume de lirios salvajes
fragancia que me envuelve, me atrapa y me mata
¿De dónde vienes, dama de misterio?
¿Eres acaso de otro planeta, de otra galaxia?
¿O es que acaso solamente fuiste creada diferente, única?
No lo se y no me interesa saberlo,
no me importa poder no entenderlo

Eres verano e invierno, primavera que se aferra al helado panorama
a la fría tempestad de antaño
a los arboles congelados, al enmarañado desastre castaño
Vuelas en una nube gris, te acompañan Huguin y su lado Munin
despiertas en la noche una dulce melodía,
canto de hadas, sueño de dioses
Luna de invierno, Estrella de la mañana

Amo la forma descontrolada en que me enamoras
la demente manera en que me añoras
El deseo de tu piel y de tu aliento
la necesidad de tenerte a mi lado
Sueño con un campo de rosas azules
Mariposas revoloteando, Morpho salvaje
indomable y hermosa

Te amo, mujer de los misterios
te amo, señora de los secretos
te amo, amiga mía
Que la noche sea nuestra cómplice
en este, nuestro juego de madrugada.

lunes, 27 de julio de 2015

OႱƎԳƧƎ




.ɘɈnɒϱiϱ oįɘqƨɘ nυ ɒ ɘɈnɘɿʇ ɒɿɘivυɈƨɘ iƨ omoɔ ˎƨɘvɘɿ lɒ oboɈ oɘv ƨɘnoiƨɒɔo nƎ
.ɒƨoɔ ɒɿɈo ɘɿɈƨɘυm ɘƨ oįɘqƨɘ lɘ nɘ ɘυpnυɒ ˎɒmɿoʇ ɒnυ ɘb ɿɒυɈɔɒ oɘɿɔ ƨɘnoiƨɒɔo nƎ
.ƨɒmɘb ƨol ɒ ɿɘbnɘɈnɘ ƨɒm ɒɈƨɘυɔ ɘm γ ˎɘmɿɘbnɘɈnɘ ɒɈƨɘυɔ ɘm ƨɘɔɘv A
ˎim ɒ ɘɈnɘɿɘʇib nɒɈ γ ɿɒlimiƨ nɒɈ ƨɘ lɒɈƨiɿɔ lɘ ƨɒɿɈ ɘɿdmoʜ lɘ ƨɘɔɘv A
.ƨollɘ ɘɿɈnɘ ɘvɘυm ɘƨ ɘυp oϱlɒ γɒʜ ˎnɘid ƨɒɿim iƨ oɿɘq ˎƨomim ƨol noƨ ƨoįo ƨυƨ
.olɘiʜ ƨɘ ƨɒɿɈo nɘ ˎoϱɘυʇ ƨɘ ƨɘnoiƨɒɔo nƎ
.bɒbiɿυɔƨo ƨɘɔɘv ɒ ˎzυl ƨɘ ƨɘɔɘv A
.ƨoɿɈo ɒ ɘlɿɒƨυɒɔ ɒbɘυq ɘυp ol ɒ ˎomƨim im ɒ ɿomɘT .ɿomɘɈ ƨɘ ƨɘnoiƨɒɔo ƨɒnυϱlA
.zɘv ɒl ɒ obɘim ɒb ɘm ɘυpnυɒ ˎobiɈɿɘvib ƨɘ γ ˎƨɘvɘɿ lɒ oboɈ oɘv ƨɘnoiƨɒɔo nƎ
.ɿɘɿɘυp niƨ ƨɒmɘb ƨol ɒ ɿiɿɘʜ obɘυq lɒυɔ lɘ nɘ onυ ˎOႱƎԳƧƎ nυ nɘ oboɈ ɿɘV

domingo, 31 de mayo de 2015

Este tiempo.



Esta noche el cielo estrellado, me recordó a tu amor.
Cuando caminaba sobre nieve de invierno, mientras las estrellas brillaban.
Y el ángel que estaba sentado bajo el árbol, me dijo que ahí te encontraría.
Frente a la luz de un faro, cubierta de la misteriosa noche.

Y he estado viendo la vida pasar desde las lineas de luz en el cielo,
Esperando, soñando con que estamos viajando al más allá.
Destapando la ceguera que me pueda dominar,
Y me maravillo en saber que pueda pasar si dejo todo eso atrás,
Con el viento golpeando mi espalda,
Para poder mantenerte viva en mi memoria,
Este tiempo.

Las luces neón en lo alto, tu mano tocando mi rostro.
Hoy me siento explotar, mi cuerpo entero volar.
Me abrazas y yo te cubro con mi manto,
y las estrellas nos iluminan con su luz.
El cometa azul nos envuelve con su hielo,
y somos dos criaturas de luz y resplandor,
de frío y calor.

Dos seres que se aman, que se quieren.
Y en los altos montes del universo, donde gobiernan las almas estelares,
los viajeros del espacio, a donde pertenecemos tu y yo,
puedo fusionarme en tu alma, crear una supernova de pasión,
y ser uno en ti. Mi amada, mi estrella.
Mi Zvezda.
Podemos ser uno los dos, ahora.
En este tiempo.

Jägare Stjärnor.

martes, 5 de mayo de 2015

El Diario de un Don Nadie. Capitulo 2.



Lunes, Agosto 30

Han pasado ya seis días desde lo sucedido en el laboratorio de ciencias. Samy, o bueno, como se llama en realidad: Samuel; no me ha vuelto a hablar. Lo entiendo, no es que yo sea alguien con quien todo mundo desee hablar, pero este chico víctima del acné no habla con casi nadie. Hasta considero que fue extraño que me hablara a mí. En fin, no hemos vuelto a compartir palabras y por mi está bien. No creo que un par de amigos freakis y extraños sea precisamente lo que desee para la preparatoria. Ya suficiente tuve en la secundaria.
En estos días han pasado un sin fin de estupideces que tal vez cuente, pero por ahora me concentrare en algo más. Sé que este diario no será un secreto por la eternidad. Algún día moriré y alguien, no se quien, quizá un marciano o algún entrometido del futuro, donde seguramente los viajes intergalácticos como los que se realizaban en Star Wars y Startrek, serán una realidad cotidiana.
Empecemos por algo simple: mi nombre. Me llamo Arnold Wenger. Vivo en una ciudad pequeña. Los domingos suelo ir al cine, solo. A veces voy con mi hermana, ella se llama Britanny, Britanny Wenger; aunque casi todo el mundo le dice Bonnie (algo así como conejito en inglés). En principio fue por que de niña, sus orejas eran demasiado grandes y parecía un conejo. Pero hace un par de años, cuando cumplió sus 16, mis padres le pagaron una cirugía plástica, para que le redujeran el cartílago de las orejas y pareciera un poco más normal. El sobrenombre se le quedó, pero ahora es más por cariño. Al menos no la llamaron Dumbo o algo peor... aunque yo creo que Ratón hubiera sido buen apodo, igual.
En fin, suelo comprar libros los fines de cada mes. La librería donde los compro siempre saca volúmenes pasados los fines de mes y los remata. El mes pasado conseguí un tomo de El Retrato de Dorian Grey a $25.00, una edición de 1997. Estaba algo gastada la portada, pero la historia sigue siendo la misma, así que es igual. También he comprado ahí un tomo de 1994 de Las Montañas de la Locura de H. P. Lovecraft, y una edición más reciente de El Hobbit y El Sirmarilion, ambos de J. R. R. Tolkien. El Sirmarilion es una buena historia, la recomendaría si tuviera a quien hacerlo.
Actualmente (y me refiero al momento en el que estoy escribiendo esto) tengo 16. Mi cumpleaños es el 14 de julio, y faltan al menos un año para que suceda de nuevo. Me describiré para que tú, seas quien seas (bastardo entrometido) tengas una idea de cómo era a los 16. Mido alrededor de 1.74 metros, soy de complexión delgada, cabello negro y un poco largo. Me gusta dejarlo al nivel de la nuca. Ojos verdes, piel blanca y muchos dicen que mis cejas en lugar de ser dos, parecen una misma. Algunos me dicen Frida, aludiendo a la famosa (y ya muy muerta) pintora mexicana Frida Kahlo. Tengo los dientes de abajo un poco chuecos, mi boca es pequeña y mis jodidos molares parecen de castor. Me gusta mucho vestir de negro, o de gris, o de café o de verde. Bueno, de verde no tanto, pero a veces lo uso. El rojo me hace ver como un tomate cuando me lo ves puesto y el blanco da la impresión de que no llevo ropa encima. Así que prefiero el negro, resalta mucho de mis ojos y se nota la diferencia entre "ropa" y "piel".
Al día de hoy, llevo medio semestre cursado. Como seguramente ya lo sabrás, la única clase que vale la pena para mí, es Literatura. Y no precisamente porque sea una de las clases más sencillas del curso, sino porque el realidad me gusta leer y todo lo relacionado a la lectura y escritura. El señor Lewis nos dejó como tarea para el resto de la semana, leer al menos la mitad de una de las obras que, creo yo, todo mundo lee cuando está en la escuela: La Metamorfosis, de Franz Kafka. No tengo el libro y como siempre, todos se adueñaron de los que estaban en la biblioteca del salón de clases. Casualmente, Trevor toma esa clase conmigo. Es mayor que yo, obviamente, pero está en esa clase. Yo creo que tanto golpes lo han dejado medio idiota y seguramente se la ha pasado cursando esa clase más de dos veces. El caso es que el muy desgraciado me quitó el libro cuando estuve a punto de tomarlo del estante. Se rió y me dijo -Pequeño Wenger, ¿no le impedirás a un amigo tomar el último tomo de este estúpido libro, verdad? Después de todo, somos cuates... ¿o preferirías que te lo pidiera de una manera diferente?-, y la verdad era que no me interesaba si lo tomaba, pensaba comprar el libro. Los tomos de la preparatoria suelen tener mocos pegados en las páginas o estar manchados con café y otras cosas que no tengo intención de investigar, así que sin darle mucha importancia, dejé que lo tomara.
Al salir de la clase volví a ver a Sussana, claro está, prensada de la cintura por Trevor. Aunque me joda aceptarlo, hacen buena pareja. Ella es alta, muy bella y atlética. No por nada es capitana del equipo de animadoras, y Trevor, bueno, es el típico macho alfa capitán-del-equipo. Sí, es un gorila musculoso, más alto que Sussana y de buen parecer. No me mal intérpretes, no soy gay ni nada de eso, pero acepto que Trevor es bien parecido. Digo, en comparación a mí, este pijo tiene más posibilidades que yo con una diosa como Sussana. Pero sea como sea, no era eso lo que iba a contar. El caso es que la vi saliendo de Literatura, llevaba el uniforme de animadoras, un conjunto de mini short-falda, top y coleta, todo en colores rojo, blanco y dorado. Con su cabello moreno y sus ojos azules, se veía perfecta. Pero como siempre, me volvió a ver con cara de asco. Si, ella hace una cara muy graciosa cada vez que me ve, como que le nacen cuatro arrugas muy feas en la frente, la nariz se le hincha y los labios se tuercen. Se ve muy graciosa. Aunque hoy tuvo que hablarme, al menos por pura educación, pues cuando se estaba yendo con su "macho", dejó caer un folder rosado sin darse cuenta y yo, dentro de mi urgencia por al menos estar más cerca de ella, lo cogí y corrí para entregárselo. 
-Se te calló esto -le dije con la respiración agitada.
-Eh... gracias... ¿Ar... mand?
Arnold. Se llama Arnold, aunque para los amigos se Peewee, ¿verdad Wenger? -interfirió Trevor
-Prefiero Arnold, y no sé quién es Peewee.
-Como sea, ya puedes irte.
-Gracias, Wenger -dijo Sussana, sin mucho entusiasmo. 
-De nada, Sussana.
Trevor se comenzaba a impacientar, o eso parecía. La tomó por la cintura más fuerte y la fue adelantando.
-Bueno, ya desaparece. Ya cumpliste, adiós.
Se dieron la vuelta y se mezclaron con los demás estudiantes. Quizá hoy no fue unos de los mejores días, pero al menos pude hablar con Sussana. Sé que es buena amiga de Britanny, pero eso no me hace ser más cercano a ella. En fin, como sea, era lo que quería contar de hoy. Que al menos pude hablar con ella, aunque el gorila de su novio me haya casi dado un buen madrazo por interrumpirlos.

Te contaré que pasa mañana o tal vez en unos cuantos días más, extraño entrometido. Por ahora termino, tengo sueño y además hay una buena película porno que me espera en la PC.

lunes, 4 de mayo de 2015

Éxtasis.



Siento la adrenalina correr por mi venas.
Hay sombras en las paredes.
Veo la luz un poco más brillante,
hay sombras en ella.
¿Soñé con algo sobrenatural?
¿Estaba en medio del trance del éxtasis?

Tuve una visión. 

Veía fuego caer del cielo
y a ti hablar en una voz que no era tuya.
Miedo.
¿Acaso vimos con un tercer ojo?
Tuve miedo, uno nuevo.
Un miedo desconocido.

Volamos, corrimos, saltamos y trotamos.
Recorrimos la Vía Láctea de punta a punta,
estuvimos unidos por un momento.
Uno solo.

Camine entre nubes.
Soñé con dioses y estrellas.
Respire fuego y exhalé azufre.
Me fundí en las telas del destino
y saboreé los frutos de la pasión.

Éxtasis,
me llevas a los confines del universo.

martes, 31 de marzo de 2015

El diario de un don nadie: Cap. 1


Martes, Agosto 23.
Es simple describir la vida desde el punto de vista ajeno. O criticar la vida de los demás, para ser mas precisos. Muchas veces, la gente solo te ve y tu no sabes si miles de pensamientos se generan en sus cabezas huecas o simplemente imaginan música de todo tipo, menos la que tu escuchas. Eso me pasa muy amenudo.
Hoy el día no fue diferente a los demás. Caminaba hacía el colegio y me topé con el mismo señalamiento en la esquina de la cuadra, lleno de grafitis y calcomanias con figuras que no lograba entender por completo. Crucé al menos veinte calles y tres venidas en mi travesía hacia ese templo del conocimineto, donde el más debil es sarandeado como una franela para fregar pisos. Vestí la misma chaqueta verde con gris que tanto me gusta y usé los mismo jeans que usaba hace dos días. Como dije, fue un día como los demás.
En el camino me encontré con Sussana, quién me miraba siempre con cierto asco. Iba con su novio fortachon, y capitán del equipo de Americano "Sharks". Estaba por llegar a la entrada principal de la preparatoría y a comenzar un día más, viendo practicar a las animadoras (el mejor momento de mi día) y soportar al profesor Dills en su famosa clase de física. Aunque me aburría como nada en esta vida, su brillante cabeza calva era una de mis principales fuentes de inspiración para crear diversos sobrenombres que le quedaban como anillo al dedo.
Bueno, como te iba diciendo, Sussana me vió con cierto asco (algo normal en ella) y Trevor, el giganton de décimo, me gruñia algo que ignore por completo. Es que, bueno, Sussana es muy bella y es casi inevitable no mirarla: cintura perfecta, rostro hermoso y sonrisa tentadora. Y aunque mirase a todo el mundo como si fueran cucarachas, a mi me daba igual si le era semejante a una cochinilla o a una mantis religiosa, en todo caso, me aplastaría de todas formas. Pero verla a ella, era un deleite para los ojos.
Pasé de largo y voltee la mirada casi tan rápido como noté el piercing de joyería falsa rosada que llevaba en el ombligo (esperen... ¡eso no está permitido en los estudiantes!) y Trevor, recostado en su motocicleta deportiva, la besaba como si fuese a succionale la garganta.
La campana sonó y todos los estudiantes: los nerds de la mesa roja bajo el árbol, los frikkis de mochilas de anime y playeras con estampados de anime, los góticos que siempre estaban recostados en el mismo muro gris del fondo del jardín, las animadoras bañadas en maquillaje y perfumes caros, los juga-nimales de chamarras rojas y azules (siempre llevaban un bndito balón de futball americano en la mano) y algunos mas insignificantes como yo, entramos por la única puerta al instituto. Esa era l hora de la batalla-por-no-morir-aplastado-en-una-orda-de-vacas-sin-rienda (lo se, es un nombre bastante largo).
La primera clase fue literatura, y en realidad, es la única por la cual asisto a la preparatoria. La imparte uno de mis profesores favoritos (y no es por el hecho de que sea de litaratura, en realidad, el señor Lewis es una persona divertida) y los temas son siempre interesantes. Hoy comenzamos Moby-Dick.
Las siguientes clases no fueron nada novedoso. Solo mucho de esto y de aquello, y poco de esto y de aquello, y nada de esto o aquello. Generales y aburridas, como una rebanada de pastel sin betún. O lo fueron hasta llegar a la clase de Biología.
Por lo regular, simpre me siento con el que se queda sin pareja o con Sammy. No es que Sammy me paresca desagradable, pero es de cierta forma... bueno, en realidad si es desagradabe. Nunca nadie se siente junto a él y las pocas veces que me asignan una pareja que no sea él, entiendo el sufrimiento ajeno. Sammy es un chico escualido, de cabello cenizo y con una constelación de espinillas y barros en toda la cara. Su rostro siempre brilla como un foco de luz intensa y su aliento tiene siempre un peculiar olor a comida con mucha cebolla. Es el chico mas solitario de la escuela y luego estoy yo, el desadaptado anti-social que evita el contacto con terceros, a menos que no sea muy necesario.
Pero lo especial de este día, fue precisamente Sammy. Somos los dos últimos en la lista de la clase de Biología, y cuando estamos en pareja el siempre hace todo y solo se limita a decir: solo dame espacio para realizar nuestro trabajo. No me estorbes demasiado y no te haré trabajar. Naturalmente, la primera vez que me dijo esto, me opuse, puse deseaba ayudar. Pero Sammy me lanzó una mirada tan intensa, que preferí sentarme y leer El Hobbit mientras el termaba de disecar una rana.
Esta vez teníamos que encontrar la mitrocondía de una célula de cebolla en el microscopio. Mientras el profesor daba las indicaciones, yo dibujaba varios espirales en una hoja tapizada de rayones y letras sin sentido en mi cuaderno. Y fue entonces que Sammy me dirigió la palabra.
- Esos espirales me recuerdan a los intentos de hipnotizar personas en los circos.
- ¿Qué?
Si, eso dije "¿qué?", bueno, no me culpes. Sammy es una persona bastante alejada de todos y de todo. El hecho de que me hablara sin una razón aparente, era como si tu gato comenzará a ladrar de la nada.
- He dicho que los espirales que dibujas son como los de las maquinas que usan en los circos. Los que dicen hipnotizar  las personas, ¿los haz visto antes, verdad?
- Si, los he visto.
- Mmm, bueno, a mi me parecen algo fabuloso. 
- Este... pues, si. Lo son.
No sabía que mas decir. No me mal interpretes, no es que el me paresca una mala persona, de hecho no lo conozco como para decir que lo es, pero fue muy extraño ese momento.
Continumos con la clase. El profesor Chadman, quien ya iba aterrizando toda la teoría sobre la mitocondría y las partes de las células que veríamos en el microscopio en unos momentos.
- Ahora, todos pongan la lamina bajo la lente del microscopio y dibujen lo que aprecien. Igual tienen que llenar el formulario que les pasé la clase anterior y contestar las preguntas.
Comenzamos a realizar el ejercicio, pero esta vez Sam no habló. Permaneció callado y anotando muchas cosas en sus hojas de apuntes. Yo hacía practicamente lo mismo: esperaba a que él dejara el microsopio y luego observaba a través de él las células de la cebolla.
- Tienen una forma muy particular estas células... son como el panal de una abeja.
- O como los paneles de una nave espacial, ¿haz visto la pelicula Chicken Little?
- ¡OOOOOOH! ¡PERO CLARO! Claro que la he visto, y si tienes razón, es un trozo de cielo... ¡EL CIELO SE CAE!
Sammy hablo fuerte, casí gritó y todos nos voltearon a ver. Incluso Chadman nos dirigió una mirada extraña y amenazadora por causa del mini grito de Sam.
- Lo sentimos, me emocioné al ver las células de cebollas.
El silencio reino por al menos tres segundos y luego todos reventaron en una carcajada casi inhumana.
- ¡Silencio jovenes! ¡Ya silencio, basta! Continuen con sus trabajos y ustedes señores Wenger y Berrend, dirijanse a la prefectura. Entreguenme lo que llevan del trabajo y retirense de la clase, por favor.
Esa orden nos tomó por sorpresa  ambos. Mas a mi, pues no tenía nada que ver en el arrebato de emoción de Sammy, pero eramos equipo y lo que uno hacía afectaba al otro. Y de todas formas, el señor Chadman era tan aburrido como un trozo de esponja y ya habíamos termiando las hojas de ejercicios.
Estuvimos el resto del día de clases sentados afuera de la oficina de prefectura, esperando a que Ginger, una señora muy gorda y muy alta, llegara a por lo menos darnos dos horas de detención después de clases. Pero nunca se apareció y mientras tanto, Sam y yo platicamos horas y horas de diversas cosas y de temas no muy populares, como el hecho de que Bilbo Bolson y Dori el enano, nunca se ponían de acuerdo para permanecer juntos mientras los trasgos y los wargos los perseguían.
Este día conocí a una de las personas mas peculiares y mas geniales en mi tiempo en la preparatoria.

viernes, 20 de marzo de 2015

Hojas de otoño



El viento habla en un susurro que adormece,
hay tintes de canela y manzana en el aire.
Las luces del cielo brillan tenues en el crepúsculo,
y bajo un faro viejo, compartimos un delicado y largo ósculo.
¿Cómo no amarte en esta temporada?
Me encantas con tu inocente mirada.
¿Acaso fue el destino quien te trajo a mi o fue la vida quien me llevó a ti?
Sea cual sea la conclusión,
estoy seguro que Eros y Afrodita sabrán que no fue por simple confusión.

¿Cómo no desear tenerte el resto de la eternidad?
Si con cada suspirar, me haces salir de esta realidad.
Me derrites con tus caricias y me envuelven en llamas tus dulces palabras.

Tan cálida, tan tierna y delicada.
¿Hay acaso mayor hechizo que este? ¿El de hacerme caer rendido ante ti?
Como un loco, enamorado. Hechizado por la fantasía que existe en ti.
Otoño revela los secretos del mundo oculto,
y en sus lunas podemos ver a las hadas ir y venir,
a los duendes correr, pues suelen de los bosques salir.

Otoño, dulce y cálido otoño,
llevas en tus hojas mi pasión,
llevas en el aire mi emoción.
Hojas dulce, hojas secas,
rojos ardidos y naranjas mórbidos,
llevan en sus hojas muertas,
la historia de nuestro amor.

Otoño bendito, otoño mágico,
no te olvides de nuestra historia.
Que perdure por lo siglos,
en las hojas tibias de otoño,
que perdure por los siglos.


Carlos Duarte

martes, 24 de febrero de 2015

Entre mis huesos, carne y alma.



Te veo llegar tras la cortina blanca de la mañana,
llegas con tu carroza de cristal; majestuosa y celestial.
Te veo mirarme tras el velo que cubre tu rostro,
y a tu sonrisa escarlata mostrar tus dientes con un brillo de plata.
Has dejado en mi un perfume que me obliga a regresar a tus pies,
has dejado en mi una adicción, una tentación.
Tal vez me has inyectado en las venas tu deliciosa maldición.
Tal vez has puesto en mis ojos la venda de tu seducción
y me has hecho perder del tiempo la noción.
Me llamas y corro hacia ti, me tocas y me paralizo ante ti.
Me besas, acaricias; me haces caer al infierno en un instante
y me devuelves a los cielos en otro.
Torturas mi carne con tus uñas y destrozas mis huesos con tu cuerpo;
aprisionas mi alma entre tus manos
y juegas con ella como lo haría un niño de seis años.
Pues me tienes atrapado, me tienes encantado.
Y yo conservo tu aroma, tu fragancia y tu la luz de tu aureola.
Entre mis huesos, carne y alma,
viajo contigo en un mar lleno de calma.


Carlos Duarte.

miércoles, 7 de enero de 2015

Tócame, Camille.




Tócame, amiga mía. Tócame como sólo tu sabes hacerlo.
Mírame, amiga mía. Mírame como sólo tu sabes mirarme.
Bésame, Camille de mi alma. Bésame y hazme llover por dentro.
Bésame, tócame, acaricia mi entrepierna y hazme gemir.
Mójame con tus labios el cuello, mójame con tus dientes los labios,
mírame, Camille, mírame por favor, que siento que el mundo se desvanece cuando tus ojos me dejan de ver.

Hazme viajar contigo a las entrañas de lo oscuro, hazme viajar contigo hacía más allá, hacia la frontera del universo y el vacío.

Camille, diosa de mi devoción. 
Diosa de mis oraciones. 
Diosa, mi diosa caprichosa.

Camille... háblame.
Háblame mientras me haces gritar, háblame mientras me haces sentir, háblame, Camille, háblame te imploro.
Dime lo que quieres, dime lo que deseas, dime lo que tu carne anhela de mi. Dime, mi diosa de mármol y alabastro.
¿Quieres que te toqué ahí en tu centro?
¿Quieres que te lama, que te bese, que te muerda?
¿Que me desviva en tus néctares, en tus mieles?
¿Quieres que me someta a tu deseo, quieres que te someta a mis deseos?
¿Quieres que ambos corramos por la rivera del placer y nos bañemos en las playas del orgasmo?
¿Deseas que me desviva en el pacer de tu intimidad, mientras te toco, mientras me tocas?

Dentro, profundo y fluido...

Camille, háblame, antes de que el amanecer llegue y la luna se escape, y tras el velo de la niebla gris, ambos volvamos a las paredes de nuestras vidas; y te pierda en el remolino de la vida...

Tócame, háblame, bésame, mírame y hazme tuyo, Camille... oh, mi amada Camille...